Continúan los Diálogos Regionales para la Gestión Integral en Ecosistemas de Montaña, con el Segundo Diálogo dedicado a la Gestión Integral del Conocimiento. Este 4 de abril, más de 50 personas participaron en el evento para conocer y dialogar sobre avances, ideas y propuestas para un monitoreo socioambiental más participativo, que integre todas las dimensiones socio-ambientales, y capaz de involucrar a todos los actores para una incidencia más eficiente en la gestión del territorio.
Ezequiel Aráoz, investigador del Instituto Regional de Ecología (IER, Argentina), estuvo encargado de abrir el Diálogo con una charla sobre la actualidad del monitoreo socioambiental en los Andes. Señaló Aráoz la importancia de fomentar el intercambio de experiencias, exitosas y no exitosas, en un contexto como el de los Andes, donde los recursos son escasos y los socio-ecosistemas especialmente vulnerables a los cambios que están ocurriendo. Uno de los problemas identificados es que no existe un lenguaje común a todos los actores, académicos, comunitarios, políticos, que permita una gestión eficiente del conocimiento. Para contribuir a encontrar este lenguaje común, señala la necesidad de crear modelos conceptuales que puedan integrar nuevas dimensiones y permitan apreciar la complejidad de los procesos.
Una de las herramientas de gestión de conocimiento que se consideraron claves en este Diálogo, es la del monitoreo participativo. Sindy Martínez, del Instituto Humboldt de Colombia, expuso la experiencia del Proyecto GEF: Páramo en ese país en este tipo de programas. Para Martínez, para que sea efectiva la participación de la comunidad en el monitoreo, el “ciclo del monitoreo” debe empezar desde el planteamiento del problema y llegar hasta el análisis y difusión de los resultados, y no limitarse a números «sin historias». Manuel Peralvo, de CONDESAN, también enfatizó la importancia de la participación en su charla sobre el Proyecto de Neutralidad de Degradación de Tierras en Ecuador. Peralvo se refirió a la necesidad de unificar protocolos de monitoreo con un arreglo colaborativo a escala nacional, que permita incidir en todo el proceso: generar información confiable, diseñar y evaluar prácticas de manejo y proporcionar herramientas de gestión del conocimiento.
A continuación, Luis Daniel Llambí expuso la experiencia de monitoreo de sucesión primaria en el glaciar del pico Humboldt, en Venezuela, por parte de la Universidad de los Andes. Según Llambí, este laboratorio de investigaciones en que se ha convertido el glaciar en su retroceso, puede ser punto de partida para mostrar cómo se pueden integrar los enfoques sincrónico (monitoreo replicado en el espacio) y diacrónico (monitoreo repetido en el tiempo) para estudiar la respuesta de los ecosistemas de alta montaña al cambio climático, y llevar esta experiencia a otros países a través de análisis comparativos. Finalmente, Julieta Carilla, del IER (Argentina), hizo un recuento de la creación de la Red de Observatorios Socioambientales de los Andes, ROSA. Carilla expuso cómo la Red se propone integrar las iniciativas de monitoreo en observatorios de montaña, espacios donde se consideren tanto variables sociales como ambientales, con un enfoque transdisciplinario e integrado al marco de gobernanza y gestión del territorio.
El diálogo se cerró con la intervención de Luis Daniel Llambí, quien ofreció un resumen del espacio de discusiones y una reflexión en torno a los temas tratados. Para Llambí, el reto de la gestión de conocimiento es un reto de integración en múltiples sentidos: integración de diversos actores y saberes, apuntando hacia un lenguaje común; integración regional, creando redes de conocimiento; integración de escalas, conduciendo la información local hacia la incidencia en políticas públicas; integración de disciplinas, incorporando tanto temas sociales como biofísicos y ambientales; integración en el tiempo, desde el diagnóstico de la realidad actual hasta el monitoreo de largo plazo. El segundo Diálogo Regional fue un espacio para desplegar todas estas dimensiones de integración, y cómo se están trabajando en la región andina.